Este petrograbado, o petroglifo, localizado al norte del municipio de Comala, en una zona prehispánica inexplorada, está orientado hacia el Volcán de Fuego de Colima; representa la posesión del terreno y la distribución de aldeas en el paisaje con distintos sitios de interés que encontraban a nivel de paisaje que están marcados con un círculo, y abajo el inframundo.
La parte más alta de la piedra mide 1.70 m de altura, un ancho irregular de entre 2.12 y 2.77 m y espesor de entre 60 cm y 1.70 m y guarda un eje de aproximadamente 20° al noreste.
Sus diseños y técnicas de tallado guardan relación con la tradición ‘tumbas de tiro’, fechada entre los años 200 a.C. y 200 d.C., en el intermedio de los periodos Preclásico Tardío y Clásico Temprano.
En la pieza se aprecian al menos tres técnicas de grabado –pulido, picoteo y desgaste–, las cuales se usaron para representar el paisaje orográfico y geográfico de la ladera sur del volcán, surcada por barrancas, escurrimientos y ríos que bajan del promontorio geológico, en la cara este, se aprecian líneas que aluden a la orografía de la región, abundante en veras hidrológicas y escurrimientos naturales.
El petrograbado encontrado y el sitio, ya forman parte del Sistema Único de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como propiedad de la nación.