*El proyecto lo conforman las facultades de Trabajo Social y de Psicología a través del
Cuerpo Académico 110, “Género y Prácticas Culturales”, integrado por la Dra. NancyMolina, el Dr. Sergio López y la Dra. Guillermina Chávez Torres.
El proyecto “Intervención psicosocial para promocionar los derechos humanos de
las niñas, niños y mujeres de familias jornaleras migrantes”, de la Universidad de Colima,
fue elegido hace apenas unos días por el Comité Técnico y de Administración del Fondo
Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de
Innovación (FORDECYT, del Conacyt), para la asignación de recursos como parte de la
convocatoria 2019-09.
Este proyecto multidisciplinario lo conforman las facultades de Trabajo Social y de
Psicología a través del Cuerpo Académico 110, “Género y Prácticas Culturales”, integrado
por la Dra. Nancy Molina, el Dr. Sergio López y la Dra. Guillermina Chávez Torres, en
conjunto con colegas de la Universidad de Guadalajara, la Autónoma de Baja California y
de la UNAM. Asimismo, cuenta con la colaboración del Instituto Colimense de las Mujeres
(institución pública) y la Fundación IUS Género (Asociación Civil).
La Universidad de Colima es una de las tres instituciones de educación superior del
país que obtuvieron apoyo del FORDECYT, junto con la Universidad de Guadalajara y la
Autónoma de Coahuila.
En entrevista, la profesora investigadora Guillermina Chávez, de la Facultad de
Trabajo Social de la Universidad, resaltó que “con este proyecto buscamos generar una
sinergia colectiva que se concrete en un modelo de intervención psicosocial para emprender acciones de intervención que promuevan el ejercicio y la protección de los derechos de los grupos en movilidad que se encuentran especialmente vulnerables”.
Explicó que el proyecto “se concibió desde la multidisciplinariedad que demanda la
vulnerabilidad social a la que están expuestas las familias jornaleras migrantes, sobre todo
las mujeres, niñas y los niños. El planteamiento se gestó desde la metodología de Trabajo
Social, que permite delinear un proceso complejo e integral para diseñar, aplicar, evaluar y
replicar el modelo en diversos escenarios”.
Chávez Torres comentó que el apoyo del FORDECYT consta de dos grandes fases;
la primera de ellas implica el desarrollo, en cuatro meses, del Modelo de Intervención
Psicosocial que se plantea como proyecto de intervención e investigación y la puesta en
escena de los diversos actores.
La segunda fase involucra trabajo de campo en los tres estados (Colima, Jalisco y
Baja California) “donde se estarán implementando las acciones de intervención psicosocial
para buscar el cambio, así como su seguimiento, la evaluación para su validación, y por
supuesto se buscará la consolidación del modelo, fase que podrá durar hasta cinco años con financiamiento y dependerá de las evaluaciones parciales que realice el propio Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)”.
Al ser cuestionada sobre los productos finales, la académica comentó que éstos
pueden ser diversos; “incluyen un diagnóstico integral sobre la vulnerabilidad social a la
que están expuestos los grupos estudiados, un modelo de intervención psicosocial y de
medición del impacto social de las acciones de intervención emprendidas, así como la
producción de conocimiento, que se traducirá en artículos académicos”.
Además, destacó, “los beneficios podrán traducirse en la generación de un modelo
de intervención replicable en albergues de jornaleros migrantes, con el que se busca tener
un impacto positivo en las condiciones de estancia temporal y organización de la población
jornalera migrante; por supuesto, la generación de conocimiento y un avance en el ejercicio de los derechos básicos para la población mencionada”.
Por último, la Dra. Chávez Torres dijo que este proyecto significa, en lo profesional,
“un avance en las metas que me he planteado como investigadora de la Universidad de
Colima, pues el haber obtenido la aprobación de pares académicos nacionales denota un
reconocimiento de calidad a la trayectoria que tengo actualmente y me motiva para seguir
buscando la consolidación de mi línea de investigación. Considero también que es una
oportunidad como proceso formativo para estudiantes que se van a involucrar a lo largo del
proyecto”.
En lo personal, finalizó, “es muy gratificante la respuesta que he tenido de colegas
dentro y fuera del ámbito académico, que se suman de manera voluntaria al proyecto para
atender a las mujeres, niñas y niños de familias jornaleras migrantes”.