Tláloc es la deidad del agua celeste. Una de las divinidades más antiguas y veneradas de Mesoamericana. Su nombre deriva del náhuatl tlālli (tierra) y octli (néctar), es decir: el néctar de la tierra.
Los mexicas lo describen como el dios del rayo y de la lluvia, responsable de la estación lluviosa, conocido por su facultad para dominar el agua y proveer del llamado ‘licor de la tierra’ que contribuía al crecimiento de los cultivos de maíz.
Es considerado como uno los dioses fundamentales en distintas comunidades agrícolas del continente. Se tiene registro de muy bellas ceremonias para honrarlo en el México antiguo.