*Fernando Quevedo, científico de origen guatemalteco radicado en Ámsterdam, contó su
trayectoria formativa y profesional en entrevista con Alfredo Aranda, investigador de la UdeC.

El físico de origen guatemalteco Fernando Quevedo Rodríguez, en entrevista para el
programa virtual “Hablemos de ciencia con Fefo”, que conduce Alfredo Aranda Fernández,
coordinador general de Investigación Científica de la Universidad de Colima, aseguró que
México, Brasil y Argentina, en el América Latina, tienen un elevado nivel de desarrollo
científico.

En este programa, Alfredo Aranda entrevista a científicos latinoamericanos que han
destacado en su ámbito, para conocer su trayectoria académica y los retos que enfrentaron
para llegar al éxito. En el caso de Fernando Quevedo, se trata de un físico guatemalteco
radicado desde 1998 en Ámsterdam, capital de los Países Bajos, cuyas investigaciones se
han enfocado en partículas elementales y la teoría de cuerdas, para construir modelos que
busquen aplicaciones cosmológicas, pues desde el estudio de las partículas, dice, se puede
explicar la creación del universo.

Fernando Quevedo narró que desde pequeño se interesó por las Matemáticas y que
en su adolescencia se enfocó en lecturas científicas. Cuando ingresó a la Universidad
Nacional de San Carlos, en Guatemala, eligió una carrera que se inclinara por las
Matemáticas: “durante los 70 no sabía que se podía estudiar Matemáticas o Física, así que
entré a Ingeniería en Sistemas”.

Sin embargo, continuó, “hubo un suceso que cambió mi vida: el terremoto de 1976
en Guatemala, donde murieron más de 25 mil personas. La universidad se dañó, no
podíamos estudiar, y entonces me fui a la Universidad del Valle, donde sí existía la carrera
de Física y Matemáticas”.

Quevedo Rodríguez recordó la guerra civil que desde los años 60 afectó a su país, y
que cuando estudiaba en la Universidad del Valle, al mismo tiempo trabajó en la
Universidad Nacional, donde varios de sus colegas perdieron la vida debido a la guerra. Por
seguridad, entonces, emigró a Estados Unidos para realizar el doctorado en la Universidad
de Austin, Texas.

Contó que en 1986, bajo la supervisión del Premio Nóbel Steven Weinberg, se tituló
y fue invitado a la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus
siglas en inglés), en Suiza; después, estuvo un tiempo a la Universidad McGill, de Canadá,

y también trabajó en el Instituto de Física en Neuchatel, Suiza, así como en el Laboratorio
Nacional de Los Álamos, Estados Unidos.

Por un breve periodo fue profesor de Física en la Universidad Nacional Autónoma
de México, ya que después lo invitaron al Departamento de Matemática Aplicada y de
Física Teórica de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, en 1998, donde tuvo como
compañero a Stephen Hawking: “Mi oficina estaba al lado de la suya; fue una experiencia
gratamente enriquecedora ver cómo cada día luchaba por su vida, y a la par hacía Física de
primera”, enunció.

Al hablar de su etapa como director del International Center for Theoretical Physics,
(ICTP), ubicado en Italia, dijo: “Abdus Salam [físico teórico pakistaní, ganador del Premio
Nobel de Física en 1979] creó el ICTP para promover la Física en países en desarrollo.
Siempre estuve cercano a las actividades del ICTP y conocí a Salam desde mi doctorado en
Texas. En 2008 fui propuesto como director, me aventuré y me desempeñé en ese cargo por
diez años”.

El ICTP, siguió, “recibe más de seis mil estudiantes al año, provenientes de 180
países; es un lugar único a nivel mundial donde se reúnen físicos y matemáticos. Ahí me di
cuenta de que talento hay en todas partes, pero también disparidad en los apoyos, por lo que deberíamos quitarnos el complejo de que somos menos que otros”.

Al preguntarle sobre la divulgación de la ciencia en Latinoamérica, el entrevistado
comentó que hay varias “Latinoaméricas”, en el sentido de que Brasil, México y Argentina
tienen un nivel científico elevado y promueven la ciencia. No obstante, “la divulgación en
la Latinoamérica de donde yo vengo es casi nula. Lo que hace México quisiéramos llevarlo
a Centroamérica”.

“El apoyo a la ciencia en Guatemala es terrible, pues el porcentaje del Producto
Interno Bruto es menos del 0.05. Por otro lado, una de mis acciones en el ICTP fue crear
centros regionales: creamos uno en Brasil, que ha funcionado bien; en México ya existe un
pequeño centro en Chiapas, el cual apoya a Centroamérica”, agregó.

Finalmente, expresó: “Pensar a nivel regional, para mí, es fundamental. Depende de
los gobiernos apoyar más o menos a la ciencia. Para apoyarla más debemos trascender los
problemas políticos. Somos pocos los científicos aún como para cambiar esta visión, pero
podemos trabajar juntos”.

Por Noticias