Niños y jóvenes exigen Manzanillo limpio, equitativo y seguro

Podríamos volar en nuestra propia ciudad: Diego Alonso  

Haría proyectos de casas muy básicas para personas con escasos recursos: Andrés Paredes

Los tres juntos en una entrevista vía remota: Fernanda Flores Sánchez de 18 años y estudiante de Psicología; Andrés Paredes de 12 años, estudiante de secundaria; y Diego Alonso Núñez, de 11 años, quien cursa educación básica; son integrantes del grupo de voceros ciudadanos que alzan la voz por la niñez y la juventud de Manzanillo, a través del Programa Estratégico Manzanillo 2050

Coinciden al identificar los flagelos que más les duelen y preocupan a su temprana edad: la inseguridad, la contaminación y la falta de opciones que sufren las personas de su generación quienes no han contado con la misma fortuna que ellos, según el diagnóstico del estudio base para el Programa Estratégico, 12 por ciento de niños no termina la primaria en el municipio colimense.

Una tarde de viernes entrevistados vía remota, se encuentran en la playa Las Brisas hacia las 17:00 horas. Estos tres jóvenes y niños no se encuentran jugando y saltando, sino atendiendo una llamada para lo que consideran una “gran responsabilidad”: comunicar a “los de su edad”, la importancia que tiene trabajar de forma unida por un Manzanillo más próspero.

Andrés Paredes reconoce que él y sus amigos son privilegiados; sabe que esa no es la realidad de todos los niños de su edad. Afirma “muchos han tenido que dejar la escuela para ponerse a trabajar y ayudar a sus familias. Yo les diría que no dejen de estudiar, que hagan todo lo que puedan por continuar; si ahora dejan la escuela por trabajar van a perder la oportunidad de lograr un empleo donde ganen mucho más en unos años, y entonces, ayudar más sus familias”, contesta con el cubrebocas puesto a través de la pantalla de una computadora.

Fernanda Flores comenta que es muy triste esta realidad y liga el tema de la deserción estudiantil al tema del desempleo que aqueja al municipio. Necesitamos educarnos para tener mejores empleos. Además del fenómeno de deserción, el estudio realizado por Centro Eure, establece que un 22 por ciento de los manzanillenses sobrevive con menos de dos salarios mínimos al día.

 

La Cápsula del Tiempo

El proyecto que dirige el Consejo de Planeación Ciudadana del Inplan, tiene una perspectiva a 30 años. Los tres voceros, quienes afirman que “por fin toman en cuenta a los niños”, fueron cuestionados sobre ¿en qué Manzanillo les gustaría vivir dentro de tres décadas? Andrés Paredes recordó que es muy importante conservar espacios públicos y lugares que son una referencia de la ciudad; “me encantaría que no desaparezcan los sitios históricos que son la esencia de Manzanillo”, dijo.

Una cápsula del tiempo permitiría que personas como Andrés, Diego y Fernanda pudieran analizar a edad adulta el resultado acertado o no de este programa. Ante esa posibilidad, Diego afirmó que le gustaría que la inseguridad y la contaminación se terminen en Manzanillo, para que desde ahora los niños puedan salir a jugar libremente “me da miedo que me roben”, no queremos pensar en 30 años sino como queremos vivir en Manzanillo ahora que somos niños. afirmó.

Innovar para volar

El diagnóstico para el programa retomó la información de al menos 48 estudios anteriores como planes, programas, mapas, y ofrece casi 400 propuestas.  Revela que en Manzanillo existen 222 predios vacíos dentro del área urbana. Al ser cuestionados por este asunto, Andrés Paredes expuso que el gobierno y quienes hacen este plan, deberían de pensar en quien menos tiene, “haría proyectos de casas muy básicas para personas con escasos recursos, las equiparía con materiales económicos; les ofrecería un lugar seguro y les permitiría no tener que dormir en la calle. Esa medida, abunda “ayudaría a ofrecer una mejor imagen de la ciudad”.

Para Fernanda, todo ese suelo (el de los 222 predios vacíos en el área urbana) permitiría la construcción de escuelas en los centros urbanos que mitiguen la dura realidad de miles de jóvenes y niños que pierden mucho tiempo de sus vidas para llegar a la escuela, y cuando lo logran, están cansados y no pueden estudiar en condiciones óptimas.  Por su parte, Diego comenta que innovaría en la creación de espacios para el ocio como parques con música donde la gente pueda pasar el rato. Va más allá y sugiere “lugares para hacer parapente; en Manzanillo, además de lo bonito que tenemos en las playas y en la ciudad, existen muchos cerritos, donde podríamos practicar, sería como poder volar en nuestra propia ciudad”, concluye  Diego, quien a sus 11 años es vocero de Manzanillo a 2050.

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