🇲🇽 En la zona Norte de Comala, en Colima, muy cerca del Río San Juan, hay un mundo que ya no existe, pero que, a la sombra de un árbol de guamúchil, quedó el testimonio de un antiguo grupo, que dejó plasmado en una piedra, una interesante manifestación milenaria de arte rupestre, por lo que es posible que esta obra de arte figurativo, a pie del Volcán de Fuego, sea una de las más antiguas de Colima, o bien, del Occidente de México, pues no había antecedente en la región de este tipo de hallazgos.
Después de cruzar algunas zacateras y ríos, pudimos ver entre la maleza una piedra rojiza que sobresalía de un cúmulo de tierra y otros monolitos. A simple vista parece ser tan sólo otra piedra más, pero pronto, descubriríamos que se trataba de espectacular e indescriptible obra de arte, cuando vimos la singularidad que poseía de entre todas las piedras que habíamos visto.
El fotógrafo Jonathan Villa y su servidor Rafael Cruz siempre estuvimos acompañados por este intenso sol y algunos perros guardianes y el canto de las aves de esos rumbos, como auténticos nahuales que nos observaban y guían. Y arriba, ni una nube, de ese 23 de febrero de 2021.
Esta gran piedra, importante por su contenido histórico, mide 1.5×2 metros aproximadamente, al menos referente a lo que se ve, porque parece que los trazos continúan hacía abajo. En la parte inferior izquierda se aprecian varios símbolos, algunas figuras abstractas y una identificable como un “humano” que es acompañado por un espiral. En la parte superior de la piedra, hay una serie de oquedades y líneas, que pudieran representar barrancas y pueblos, patrones característicos de las piedras mapas del periodo Tumbas de Tiro, por lo que se puede inferir que el lugar tuvo ocupado en al menos dos ocasiones.
El arte rupestre, también conocido como pintura rupestre o arte nativo, es una representación prehistórica descubiertas en piedras o cuevas, que han sobrevivido a los siglos gracias a estar en lo más recóndito de los campos, que reflejan el imaginario de la humanidad primitiva. Se trata de las manifestaciones culturales más antiguas conocidas en nuestra historia, ya que algunas datan de hace 40 mil años.
Este motivo en especial, plasmado en Comala, se caracteriza por presentar dos ejes horizontales que pudieran ser la base para representar las extremidades, y uno vertical que serviría de soporte a la cabeza y remate a manera de cola de un cuerpo humano o de algún otro ser indeterminado. Estas características hacen evidente la orientación de arriba y abajo de los símbolos, los cuales, en su totalidad dirigen su “cabeza” hacia la parte alta de la roca, por lo que se podría deducir que hay una intención compositiva.
El arte rupestre se ha encontrado en todos los continentes, la mayoría provenientes del período de transición entre el Paleolítico y el Neolítico.
La importancia de estos hallazgos se debe a que revelan la mentalidad del ser humano primitivo, utilizando la representación artística como lenguaje de su cotidianidad, aunque se asume también cierta importancia mágico-religiosa entorno a la cacería, además de ser precursor de la escritura.
Estos símbolos de la edad de piedra son homogéneos, es decir, las provenientes del Paleolítico muestran animales salvajes y líneas, mientras que en las del Neolítico aparecen figuras humanas, huellas de manos y otras representaciones del entorno.
El arte rupestre es el primer lenguaje conocido en la humanidad, se le conoce por ser la primera forma de transmitir conceptos con intención de perdurar en el tiempo. Se les puede encontrar con motivos antropomorfos, zoomorfos y representaciones simbólico-geométricas.
Los primeros registros que se tienen del arte rupestre en México datan del siglo XVIII. Parte de las evidencias arqueológicas encontradas cerca de estas rocas dibujos, son indicios de prácticas del encendido de fuego, el enterramiento humano, la elaboración de ornamentos, así como otras actividades ceremoniales propias de cada grupo étnico.
En contextos funerarios, se han localizado enterramientos pintados de rojo ocre, envueltos en hojas, corteza de árboles o piel de venado. Estas complejas ceremonias indicaban que existía un alto grado de organización social. En los entierros se han encontrado representaciones de figuras humanas y diferentes especies animales como venados, borregos cimarrones, pumas, liebres y fauna marina.
En estos petroglifos o arte mural, se halla una riqueza simbólica importante, que concentran evidencias de fe, magia, caza y la fecundidad. Estos son los primeros intentos de simbolización; son antecedentes de signos que fungieron como referencias en la plástica y la producción visual de la época. Son imágenes que encierran el misterio de lo sagrado, son iconografía de cómo observaban su entorno.
El simbolismo implica la materialización del imaginario y del sentido ritual evocando fuerzas sobrenaturales. El hombre asumía el poder sobre la realidad y así podía plasmarla con representaciones gráficas una intención mágica, debido a que proveía de un poder especial al cazador sobre la presa.
Estas manifestaciones rupestres nos dan un panorama de su cosmovisión, del paisaje que observaban y de las motivaciones espirituales y religiosas de los antiguos pobladores de Colima; manifestaciones que han surcado los siglos y hoy son un fiel testimonio del potencial creador del ser humano desde épocas remotas.
El sitio y la pieza ya fueron reportados al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su estudio y registro.
Fuente:
‘Resignificaciones del pensamiento mágico ancestral y del arte rupestre mesoamericano’, de Fernando Antonio Rojo Betancur.
‘Arte Rupestre’, por María Estela Raffino.
‘Propuesta para un análisis iconográfico de petroglifos’, por Diego Martínez Celis.
http://www.rupestreweb.info/artefetiche.html