Los problemas emocionales, la carga de trabajo o tareas, la falta de sueño y recientemente la pandemia de Covid-19, han disparado los casos de estrés en el mundo, pues estos van en aumento sin importar la edad, religión o nacionalidad de las personas que lo padecen, pero, ¿qué es el estrés y cómo se puede combatir?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”, situación que ya está reconocida como una de las enfermedades de este siglo.

Algunos de los síntomas más comunes de esta enfermedad son los siguientes:

• Dolor de cabeza, relacionado con la ansiedad
• Dolor en el pecho
• Tensión o dolor muscular
• Falta de motivación para realizar actividades cotidianas
• Arranques de ira e irritabilidad
• Consumo excesivo de comida chatarra, bebidas con azúcar o tabaco
• Malestar estomacal, como gastritis
• Problemas de insomnio

Una persona con estrés también puede experimentar otros síntomas como dificultad para concentrarse y decidir, emociones como el miedo y pensamientos negativos sobre su misma persona y las acciones de los otros.

A nivel físico, el estrés se traduce en sudoración, temblores, molestias estomacales, dolores de cabeza, náuseas e incluso escalofríos.

Organizaciones de salud identifican que hay dos tipos de causas que provocan el estrés. Por un lado, están los factores ambientales, que se refieren a los cambios de alimentación, cambios de temperaturas, ruidos, entre otros.

Por otro, los factores endógenos, que se relacionan con las emociones de las personas y la manera en que las gestiona, siendo la frustración y la sobrecarga emocional, unas de las principales.

Las principales consecuencias de estar en constante estado de estrés son la predisposición a contraer enfermedades, tales como hipertensión; estudios de la OMS indican que en América Latina hay entre un 21 y 32% de casos de esta enfermedad ocasionados por altos niveles de estrés.

Asimismo, una persona con estrés tiende a desarrollar hábitos como el consumo de alcohol, tabaco o drogas; vivir con desgaste emocional, conocido como “bornout”, o sufrir depresión.

Aunque los expertos recomiendan una mejor calidad de sueño y la práctica moderada de ejercicio o meditación, también existen otras alternativas para combatir el estrés.

Entre ellas están reducir el consumo de cafeína, buscar algún juego para recrearse y crear redes de apoyo emocional.

Especialistas también recomiendan que por pequeño que sea un triunfo, se deben recompensar los esfuerzos para facilitar el proceso de quien se encuentra pasando por esta situación.