Así es el “Oso Grolar” (Ursus arctos x maritimus): el nuevo oso híbrido provocado por la emergencia climática.
La migración de osos polares impulsó su reproducción con osos grizzlys, dando lugar al “grolar”, una nueva especie de híbrido entre ambos.
A raíz de la emergencia climática global, diversas especies se han desplazado de sus hábitats naturales. Quizás algunos de los más afectados son los osos polares que, al perder los glaciares en el norte, han tenido que desplazarse hacia otras latitudes más australes. Con esto, un nuevo híbrido entre ellos y los osos pardos se detectó recientemente.
Los bloques de hielo en el Ártico son más delgados día tras día. Por esta razón, en búsqueda de comida y un hogar más seguro, los osos polares han tenido que migrar hacia el sur. En su camino, se han encontrado con los osos grizzly (Ursus arctos horribilis) una subespecie de osos pardos, quienes habitan generalmente en las tundras del norte.
Esta nueva interacción ha generado osos híbridos. A medida que ambas especies se aparean, su descendencia se expande. De acuerdo con los científicos que los han observado, las características de ambos osos podrían darles una ventaja sobre de otras especies: puede que sean más resistentes a los cambios de temperatura en el ambiente.
Las dos especies que dieron origen a estos osos híbridos se separaron hace medio millón de años, aproximadamente. Esto les permite reproducirse con descendencias viables. Esta condición, aunada a la catástrofe ecológica que se vive en los polos, sugiere que la nueva especie no sólo es fértil, sino que ha generado sus propias crías.
Se tiene registro de que, a raíz del éxodo forzado de los osos polares hacia el sur, desde 2006 han habido ejemplares activos de los osos híbridos en el mundo. Se les identificó por primera vez en Canadá, en las cercanías del Noroeste del Ártico. El pelaje color crema, la forma de la cabeza, las uñas alargadas y la espalda encorvada los distinguen de los osos pardos.
En la actualidad, estos híbridos viven en libertad y van en aumento. Además, esta tendencia coincide con la pérdida de las poblaciones de osos polares en el norte. De acuerdo con Biology Letters, si el cambio climático no se revierte o siquiera controla en las próximas 3 décadas, el declive se pronunciará en un 30 %, debido a la competencia cada vez más dura por los recursos disponibles.