De acuerdo con información de El País, las Fuerzas Armadas de Israel lanzaron una ofensiva a gran escala por tierra y aire contra enclaves y puestos que la organización terrorista palestina Hamas tiene en la franja de Gaza. Se trata, explica el diario, de una intervención sin precedentes desde la guerra de 2014.
Más de 550 andanadas de disparos de la artillería y los carros de combate concentrados en la frontera del enclave palestino se sumaron a los bombardeos masivos de 160 aviones de combate con 450 misiles contra más de 150 posiciones de terroristas de Hamas.
Según el mando del Ejército Israelí, el principal objetivo del ataque coordinado fue la destrucción de gran parte de la red de túneles interna, formada por kilómetros de pasadizos, por la que se desplazan terroristas de Hamas hasta las rampas de lanzamiento de cohetes y los puestos de ataque en las proximidades de la línea divisoria con Israel.
El Ejército israelí había confirmado inicialmente la entrada de soldados al otro lado de la valla de separación con Gaza, pero poco después otra fuente oficial castrense aclaró que se había producido un fallo de comunicación y que las tropas no habían penetrado en el enclave palestino.
La prensa de Gaza aseguraba en redes sociales que durante una hora se habían registrado decenas de bombardeos terrestres y aéreos que causaron un número indeterminado de muertos y heridos.
Hamas había advertido en un comunicado de que si las tropas israelíes irrumpían en cualquier parte de Gaza, “la ofensiva terrestre ofrecerá la ocasión de aumentar el número de muertos y prisioneros entre el enemigo”.
El jefe del Ejército, el general Avi Kochavi, ordenó el despliegue de 3 brigadas en la frontera, mientras el Estado Mayor de la División Sur movilizó a más de 9 mil reservistas.
De acuerdo con varias fuentes, por los enfrentamientos han muerto 9 israelíes y 119 palestinos.