En el Estado se han instalado 5 mil 900 ovitrampas para determinar las áreas de riesgo del dengue, zika y chikungunya y, así, contribuir al control de estas enfermedades transmitidas por vector, ya que estos recipientes indican qué zonas van a tener mayor densidad del mosco transmisor, informa la Secretaría de Salud y Bienestar Social.
Cada semana se hace la revisión de las ovitrampas y el conteo de los huevecillos impregnados, con lo que se determina la densidad de moscos que se puede presentar en la zona y, así, poder realizar con más efectividad las acciones de control larvario y de fumigación.
Personal de la coordinación estatal de Vectores señala que las ovitrampas están colocadas de manera estratégica en el 25% de las manzanas de casas-habitación del estado, en espacios que pueden ser susceptibles a criaderos del mosco.
Estas ovitrampas se encuentran en localidades de Armería, Colima, Manzanillo, Tecomán y Villa de Álvarez, los cinco municipios de mayor riesgo del dengue, zika y chkungunya.
En este contexto, se reitera la importancia de la estrategia lava, tapa, voltea y tira, toda vez que, al tenerse mayores espacios o recipientes con agua para la reproducción del mosco transmisor, será mayor la densidad de moscos y, por tanto, será más difícil para los depredadores naturales llevar a cabo un control.
Las hembras del mosco realizan sus oviposturas de manera sistemática y permanente, ya que una vez fecundadas buscan alimentarse de la sangre de las personas porque es la que va ayudar a madurar sus huevecillos.
Asimismo, tienen la capacidad de colocar entre 80 y 120 huevecillos por ovipostura, de los cuales el 80% van a ser hembras, y como viven 30 días y pueden tener oviposturas cada 72 horas, entonces cada mosco dejará entre 800 y 1 mil 200 huevecillos en su etapa de vida.