*“No es tan difícil prevenir la enfermedad, mientras la conozcamos y sepamos cómo
actúa”, agregó el Dr. Ramón Alberto Sánchez, investigador de Harvard, en un curso en

línea que impartió a más de 450 universitarios.

Para proteger a la población estudiantil de un posible contagio de COVID-19, dijo
el Dr. Ramón Alberto Sánchez Piña, investigador del Departamento de Salud Ambiental de
la Universidad de Harvard, Estados Unidos, en un curso en línea que ofreció a más de 450
universitarios, no hay un método que por sí solo proteja al cien por ciento; lo que sí
funciona, detalló, es el blindaje en capas; esto es, desarrollar un protocolo en el que las
distintas formas de protección se complementen entre sí.
El concepto de enfoque por capas, explicó, incluye una autodeclaración de síntomas
por parte de quienes vayan a ingresar a un espacio universitario, el uso correcto de
mascarillas (que cubran nariz y boca), guardar la sana distancia, limpiar y desinfectar las
aulas y espacios, la ventilación natural y el uso de filtros HEPA y MERV, además del
lavado constante de manos, el uso de rayos ultravioleta, de gel, y la detección del virus con
las pruebas de antígeno o PCR. A esas capas se le puede sumar la medición personal,
diaria, de los niveles de oxígeno y la temperatura, y con eso la protección puede llegar a ser
hasta del 99 por ciento. Una buena protección, dijo, debe ser siempre mayor del 90 por
ciento.
Durante cuatro días, en sesiones virtuales de dos horas, el Dr. Ramón Sánchez dio el
curso “Estrategias de reducción del riesgo ante el COVID-19 a un grupo de universitarios y
universitarias integrado por docentes, investigadores, administrativos y directivos, quienes
conocieron la información científica más reciente en temas como las Formas de transmisión
del virus SARS-CoV-2, su Periodo de incubación, Recomendaciones para su tratamiento,
Tipos y efectividad de las vacunas existentes, Síntomas principales de la enfermedad, la
Eficacia de los métodos de detección y de las pruebas y la Eficacia de las diversas técnicas
y prácticas de prevención.
Destacó que son las personas que trabajan en una institución, que la conocen a
fondo, las únicas calificadas para diseñar planes y protocolos de protección; “no es tan
difícil prevenir la enfermedad, mientras la conozcamos y sepamos cómo actúa”, agregó.
Además, durante el curso respondió ampliamente las preguntas y dudas de los participantes.
Dejó en claro que, ante un eventual regreso presencial, y para enfrentar con éxito la
pandemia, todos deben participar, no sólo las autoridades; “los alumnos, especialmente, son
parte fundamental en la prevención de nuevos contagios”.

Con gran generosidad de su parte, no sólo impartió el curso gratis, sino que además
regaló un “calculador” desarrollado en Excel por él y colegas suyos de Harvard, que resulta
de gran utilidad para analizar las vulnerabilidades y fortalezas de ciertos espacios, según la
protección con que cuentan. Esa herramienta puede decir cuánto nivel de protección tiene
un lugar y cómo puede mejorarse, a partir de valores como el tamaño, la ventilación, el uso
de filtros, y si la persona que ingresa a él usa mascarilla, está vacunada, usa gel o guarda la
debida distancia.
Pidió a las y los asistentes revisar la vulnerabilidad de sus lugares de trabajo y ver
cómo pueden aumentar la protección. Reunir toda la información en un mismo documento
y diseñar, a partir de él, los protocolos de la institución. La idea, dijo, es utilizar sólo las
herramientas que sirvan a largo plazo y que sean las más indicadas para un sitio en especial.
Por ejemplo, explicó, no es necesario poner filtros caros en un salón que puede ventilarse
muy bien con aire natural. Ese filtro, en cambio, sí podría instalarse en un laboratorio que
sea pequeño y no pueda ventilarse.
“Lo que hicimos en este curso -comentó- fue multiplicar el conocimiento para que
haya muchísimos expertos que evalúen la situación local, en cada área de la Universidad, y
de allí en adelante se elabora el plan de preparación de salud entre todos, incluyendo a los
alumnos y padres de familia. Hay responsabilidades de todos, pero la responsabilidad
compartida es evaluar el riesgo, buscar formas de disminuir la vulnerabilidad, aumentar la
resiliencia y proponer cosas que sí se puedan hacer por largo tiempo”.
Su sugerencia, agregó, “es utilizar el método de prevención de COVID-19 por
capas. No hay una sola cosa que sea cien por ciento efectiva, pero cuando ponen ustedes
capa de protección sobre capa de protección, entonces se acercan a una protección total, y
eso es lo que vamos a tratar de hacer en cada uno de los espacios que estemos analizando”.
En el enfoque por capas, comentó, “lo que se recomienda primero es educar a
mucha gente sobre cómo ocurren las infecciones y cómo prevenirlas, para que participen en
la evaluación de riesgos y decidan cómo prevenir el COVID 19. Además, hay que
proporcionar herramientas para realizar estimaciones de reducción de riesgos con el famoso
calculador. Con él pueden evaluar su riesgo en distintas condiciones y espacios. También,
los gobiernos deben permitir que la comunidad hable de sus necesidades, que pueda dar
sugerencias de prevención mucho antes de emitir órdenes, para no afectar la economía ni
vida cotidiana de una sociedad”.
Durante la clausura, Martha Alicia Magaaña Echeverría, en nombre del rector de la
Universidad, Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, agradeció “la generosidad y máxima
disposición mostrada para con nuestra comunidad universitaria, al compartir con nosotros
sus conocimientos, su experiencia y materiales de consulta para apoyar nuestra estrategia
de preparación en la antesala del regreso a las actividades presenciales, que están planeadas
en la modalidad híbridas; esto es, no estaremos todos ni todo el tiempo en las instalaciones
de la Universidad”.
Dijo que, gracias al curso, quienes toman decisiones al interior de la Universidad,
“tenemos mejores herramientas para pensar y mejorar nuestras medidas de contención ante

el riesgo que se mantendrá presente por la permanencia de la COVID-19. Hemos visto, y
usted lo corroboró, que las medidas más efectivas no son las que más cuestan, sino las que
duran por mucho tiempo y permiten que nosotros, con nuestra participación, privilegiemos
nuestra salud y aseguremos la corresponsabilidad para con nuestro entorno. Invito a todos a
difundir lo aprendido en el curso, para reforzar la posibilidad de mantenernos saludables a
nuestro regreso”.
Finalmente, el Dr. Ramón Sánchez Piña agradeció a los asistentes por su atención y
les pidió “multiplicar el conocimiento, porque esta pandemia no nos va a derrotar. Nosotros
somos la vacuna hasta que llegue la vacuna a todo el mundo”.

Por Noticias