¡No te lo tomes de un shot, no es Jager!

1. Primero lo primero: El mezcal se saborea, no se shotea.

El shot se inventó para emborracharse rápido con alcohol barato, sin preocuparse por el sabor. Un buen mezcal se toma poco a poco.

2. El precio no tiene nada que ver con la calidad.

El mezcal es una bebida de moda y, cuando crece la demanda, la oferta cambia. Muchos empresarios se dedican a comprar mezcal barato para multiplicar su precio y venderlo en botellas bonitas a precios exhorbitantes.
No te dejes engañar.

3. El sabor no siempre es un buen indicador de calidad.

4. ¿Entonces cómo sé si un mezcal es bueno?
Agítalo y ve si hace muchas perlas (burbujas). Fíjate también en que no se deshagan muy rápido cuando lo sirves.

5. También puedes probar la calidad dentro de la botella.
Agita la botella para analizar las perlas. También fíjate en cómo escurre el mezcal en el interior, un buen mezcal avanza lento, como aceite.

6. Siempre pide tu mezcal blanco.

7. Fíjate que tu mezcal tenga por lo menos 40° de alcohol.

Una alta concentración de alcohol es señal de que es un buen producto.
Muchos productores suavizan su bebida para hacerla más popular.

8. Evita el mezcal con gusano.
Es básicamente una trampa para novatos. El gusano sólo deteriora el sabor del mezcal. Generalmente se usa para darle a la bebida el sabor a agave que un proceso deficiente de destilación no pudo capturar.

9. Las naranjitas son para limpiar el paladar.
Pon tú que te estás dando tu mezcal con una chela. Los puristas del agave estarían escandalizados porque la malta contrarresta el sabor del mezcal en tu boca. Para que eso no sea un problema, antes de cada trago dale una mordida a la naranjita.
•Ten cuidado al coctelear.

No le eches CocaCola, el dulce choca con el sabor del agave. Prueba con sabores amargos o ácidos, que realzan las propiedades del mezcal.

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