*“La crisis institucional que se vive en varias latitudes de nuestro planeta le da la
oportunidad a las universidades de que sean la punta de lanza para la promoción del
cambio”: Christian Torres Ortiz.
Este jueves, en la modalidad virtual, el rector de la Universidad de Colima,
Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, fue uno de los invitados a dar conferencia en la mesa
de expertos que se desarrolló como parte del Encuentro de la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES – TIC 2021, “Los retos de
las TIC en las responsabilidades de la gestión financiera en las Instituciones de Educación
Superior (IES).
Compartió el espacio con el Dr. Jamil Salmi, reconocido por su trabajado como
coordinador de los programas de educación superior del Banco Mundial; el Dr. Francisco
Marmolejo, académico mexicano, presidente de la División de Educación Superior de la
Fundación Catar para la Educación, la Ciencia y el Desarrollo de la Comunidad; la Dra.
Julia Tagüeña, investigadora, física y académica de la Facultad de Ciencias de la UNAM, y
con Gonzalo Rodríguez Villanueva, destacado académico y ex rector del Instituto
Tecnológico de Sonora.
En su intervención, el Dr. Christian Torres Ortiz Zermeño señaló que hoy en día,
las universidades de nuestro país enfrentan retos muy puntuales, “y más ahora que estamos regresando a las actividades presenciales después de un periodo en el que transitamos por una modalidad virtual derivado de la pandemia. La pregunta central ahora es ¿cómo le vamos a hacer las universidades para afrontar estos retos?”
Dijo que actualmente las IES del país se enfrentan a disposiciones gubernamentales
que tienen que ver con una reorientación de la Educación Superior en el País, “una nueva
Ley General de Educación Superior que perfilará cambios estructurales en la Educación
Superior en México; además, seguimos teniendo un desafío importante en los temas de
cobertura, absorción, y de cómo enfrentamos está crisis de salud pública”.
Destacó, además, que para innovar en las Instituciones de Educación Superior,
sobre todo las públicas, son necesarios tres elementos: el talento, la gobernabilidad
institucional y recurso financiero.
Sobre esto último añadió que, en nuestra institución, el tema de la gobernanza y del
talento no son complejos, “ya que se trabaja de la mano con la comunidad universitaria y,
en cuanto al talento, éste lo hay. Existe en la institución un buen nivel en diferentes áreas
del conocimiento; sin embargo, el tema del financiamiento no es un tema alentador, ya que el escenario es un poco más complejo e incierto para la educación superior en nuestro
país,”.
Las universidades, destacó el rector, juegan un papel fundamental en el tema de la
innovación tecnológica, “ya que la crisis institucional que se vive en varias latitudes de
nuestro planeta le da la oportunidad a las universidades de que sean la punta de lanza para
la promoción del cambio, no sólo en la vida académica sino en la vida social, donde las
universidades tenemos injerencia directa”.
“Si bien es cierto -agregó- que la pandemia aceleró la transición tecnológica, este
proceso no es sencillo ni tampoco inmediato y llevará tiempo a las IES consumarlo; por
tanto, pudiera preocupar que esa transición esté impregnada de un sentido de urgencia que
puede provocar errores en el proceso.”
En este sentido, pidió no perder el rumbo en esta transición; “lo importante es la
gente y cómo les transmitimos y convencemos para poder transitar a un escenario de
cambio estructural que tanto se ha buscado en la educación superior”. Para ello, consideró
fundamental cambiar los procesos de planeación: “éstos no deben ser tan rígidos ni tan
tradicionales, sino acordes al momento que vivimos”.
Por último, señaló cuatro etapas que pueden dar solución a esta transformación:
“una primera etapa es de reconocimiento, en la que es fundamental escuchar la voz de los
universitarios para reorientar los rumbos, para después pasar a la segunda etapa, que es la
toma de decisiones. Un tercer punto sería la implementación, en el que es importante
promover la aceptación de los universitarios en los cambios, ya que si esto no se logra,
puede que los esfuerzos sólo queden en papel y no se puedan llevar a la realidad.
Finalmente hay una etapa de impacto, donde se ponen a prueba los cambios y se evalúa si
funcionaron o no”.
En su turno, el Dr. Jamil Salmi resaltó que una buena universidad depende en gran
parte del talento de sus estudiantes y profesores; “sin embargo, estos tres rubros, talento,
financiamiento y gobernanza tienen que ir juntos y estar alineados”. Señaló, además, que
para que una Universidad sea de calidad depende mucho de un gran liderazgo, además de
ser innovadora, contar con un enfoque de internacionalización y enfocarse en sus nichos y
en su planeación estratégica.
La Dra. Julia Tagüeña, durante su intervención, destacó el hecho de que las mujeres
deben ser incluidas en las áreas de las tecnologías; en este sentido, dijo, “las universidades
juegan un papel fundamental e importante, ya que deben trabajar en un cambio de cultura,
promover las buenas prácticas e incrementar la visibilidad de las mujeres en diversas
áreas”.
Al tomar la palabra, el Dr. Francisco Marmolejo destacó la importancia de la
colaboración entre instituciones, no de la cooperación, aclaró. En esta última, dijo, cada
socio trabaja por su cuenta; en cambio, en una colaboración, como la palabra lo dice, los
dos o tres socios elaboran juntos un nuevo proyecto o trabajo. Además, citando un dicho
mexicano, comentó, estas uniones fructifican porque siempre hay un roto para un
descosido, y ambos pueden resultar ampliamente beneficiados.
En ese sentido, añadió, un convenio debe darse cuando la relación entre socios ya
esté madura, para fortalecerla, no al principio; “desde mi punto de vista, los convenios no
deben ser la causa de, sino ser más bien una especie de producto colateral de los esfuerzos
de colaboración”. Para que una colaboración sea exitosa, agregó, “debemos tomar en
cuenta la complementación entre instituciones, que exista equidad entre ellas, además de
una convergencia de intereses, y con ello podremos evaluar la efectividad de nuestras
acciones y determinar si lo que queríamos hacer con esa colaboración está lográndose”.
Por último, Gonzalo Rodríguez Villanueva habló sobre como el Instituto
Tecnológico de Sonora obtuvo recursos propios, a lo que comentó que el primer paso fue
haber tomado la decisión de hacerlo; “ya que sabes lo que quieres y demostraste que eres
digno de confianza, relaciónate, haz alianzas, atrae talentos”. Para concluir, señaló que se
requiere de una colaboración e integración académica-social-empresarial mediante nodos
de innovación basados en tecnología para obtener recursos extraordinarios en las IES, que
sólo así se puede crecer.