Asustados por las balas, más de tres mil indígenas tzotziles del pueblo de Aldama, Chiapas, abandonaron estos días sus casas por los recurrentes ataques de grupos paramilitares y la falta de atención de las autoridades en un problema agrario que se ha alargado durante décadas.
Según denunciaron los habitantes de Aldama, Chiapas, se han registrado balaceras en las últimas 72 horas en contra de diez comunidades por grupos civiles armados aposentados en el vecino municipio de Chenalhó.
Ello ha provocado que cientos de familias se desplazaran forzadamente, según explicó a Efe Cecilia, vocera de más de un centenar de comuneros y desplazados de Aldama.
Los habitantes señalaron que esta situación es insoportable pues pone en riesgo la seguridad de las mujeres, niñas, niños, ancianas y ancianos de estas comunidades de Aldama, ubicada sobre las montañas y a una hora y media de la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez.
Un problema de décadas en Chiapas
Este es un problema añejo -de 45 años- entre los habitantes de Aldama y de Santa Martha, en el municipio de Chenalhó, que se agudizó en los últimos años y pese a que un tribunal agrario otorgó una compensación de cerca de 15 millones de pesos por unas 60 hectáreas.
Ambas partes argumentan que estos terrenos les pertenecen ancestralmente.
En el 2016 las agresiones se desbordaron cuando unas siete familias fueron despojadas con enorme violencia de sus terrenos por pobladores de Santa Martha.
Desde ese entonces opera un grupo de paramilitar que no deja de herir y hostigar a los pobladores de Aldama cuando estos transitan por las vías que unen toda la zona, según explica el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba).
De acuerdo con los propios pobladores, se han registrado más de 200 ataques en los últimos años contra de los pobladores de las comunidades de la zona como Xuxch’en, Coco’, Tabac, San Pedro Cotzilnam, Yeton o Chivit, entre otras localidades que forman parte de la cabecera municipial, Aldama.