*El ingeniero tuvo la fortuna de saludar y charlar con el Diego previo al México 86

Todo un privilegio el que tuvo hace un cuarto de siglo el manzanillense José Luis García Robles no sólo al encontrarse con el mismísimo Diego Maradona en un hotel de la Ciudad de México en la víspera de la celebración del recordado mundial del 86, que tuvo lugar en tierras aztecas, y que vio al Pelusa encumbrarse hasta lo más alto del olimpo deportivo.

El ingeniero José Luis nos narró, con la natural emoción que a todos nos embargaría al conocer y tocar a D10S, que justamente se encontraba cenando en el restaurante del Hotel Fiesta Americana de la capital del país (donde celebraba el inicio de su ejemplar matrimonio con la distinguida Elba Margarita Núñez) cuando repentinamente irrumpió la selección argentina capitaneada por el emblemático jugador. No lo dudó ni tantito. Dejó por un momento su luna de miel para tomarse la obligatoria e histórica gráfica con el capitán de la albiceleste que en esa cita mundialista se sublimó y alcanzó el nivel de leyenda.

Y no sólo eso. Hubo la oportunidad de charlar brevemente con el orgullo de Villa Fiorito, quien a decir de nuestro privilegiado interlocutor se mostró muy receptivo, humano y humilde.

“Diego -Maradona- no dudó 2 veces en aceptar mi propuesta de una foto…toqué la mano de Dios y, a manera de broma, le digo a mis amigos que le di suerte porque con esa mano celebró muchos goles y también con esa metió el gol inolvidable a Inglaterra”, declaró con dejo de satisfacción.

Gran privilegio el de nuestro amigo el ingeniero José Luis García Robles. Quizá sea el único porteño en ostentar esa oportunidad. Y no dejamos pasar la ocasión cuando se recuerda por todo el mundo el primer aniversario luctuoso del inolvidable Diego Maradona. Ese que estableció un vínculo insospechado con nustro amado puerto a través del Ingeniero José Luis.

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