Manzanillo, es el único municipio que ha eliminado la utilización de una fosa común, es decir que los restos humanos que no son reclamados tienen gavetas y un entierro formal en el Cementerio Teresa S. Escobar, esto surge “por el dolor, por la empatía, por humanismo”, así lo manifestó la presidenta Griselda Martínez.
Adelantándose al concepto de “cementerio forense” y estableciendo una estrategia visionaria en la materia, el Ayuntamiento de Manzanillo ha innovado en el manejo y organización de su cementerio; trata con humanidad los restos de las personas que están en calidad de “no identificados”.
La alcaldesa recordó, que hace 3 años y medio cuando recibió la administración municipal había un desorden generalizado y el panteón no era la excepción, “era una morgue colapsada, se generaban quejas de los vecinos por los malos olores que de ahí se desprendían. Había refrigeradores con cuerpos porque no tenían dónde depositarlos”. Por ello habilitamos un área especial en las instalaciones del panteón para enterrar los cuerpos que entregaba la Fiscalía General del Estado como personas “no identificadas”. Decidimos no revolverlos, ni tirarlos en una fosa común, pues pensamos que si un día alguien los buscaba podríamos encontrarlo y entregarlo a sus seres queridos”.
Griselda Martínez informó que, a cada entierro de esa naturaleza se le coloca una cruz con el número de expediente con que se recibió por parte del ministerio público y la fecha en la que se recibió para poder identificarlo rápidamente.
Explicó que cada cuerpo que llega al panteón con esas características, son enterrados en gavetas propias. Precisó que el primer entierro se hizo el 31 de octubre de 2018 y el último fue el 4 de abril 2022, en ese periodo suman, hasta el momento, 108 cuerpos, “de ellos han localizado a 3, han recurrido a pruebas de ADN y pudieron ser identificados por sus familiares, pero quedan 105 que aún no se sabe de familiares”.
La alcaldesa de Manzanillo señaló que podría compartir esta experiencia de trabajo con otros municipios interesados en tener un mejor control sobre los cuerpos no identificados que llegan a los camposantos, “podemos decirles cómo llevar el registro, no es costoso y se le da al cuerpo un trato digno y la facilidad de una identificación más inmediata”.