• Dicha práctica puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, señala la secretaria de Salud, Janeth Espinosa Mejía

La Secretaría de Salud del Gobierno del Estado de Colima señaló que a siete años de que finalice la década de acción, se puede afirmar que es posible eliminar la mutilación genital femenina si nos aliamos con los hombres y los niños, cuyas voces y acciones pueden transformar normas sociales y de género y, así, que niñas y mujeres puedan desarrollar por completo sus derechos y su potencial en términos de salud, educación, ingresos e igualdad.

La dependencia estatal recalcó que para promover la erradicación de esta terrible práctica, es necesario realizar esfuerzos coordinados y sistemáticos en los que participen las comunidades en torno a la concienciación sobre los derechos humanos, la igualdad de género, la educación sexual y la atención a las víctimas de esta ablación.

Al mencionar que este 6 de febrero se recordó el compromiso de cumplir con la promesa mundial de acabar con la mutilación genital femenina dentro de la Agenda 2030, la secretaria de Salud, Martha Janeth Espinosa Mejía, dijo que, aunque esta práctica se ha mantenido por más de mil años, hay motivos para pensar que se puede acabar en una sola generación.

Refirió que desde el 2008, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuenta con el mayor programa mundial para acelerar la eliminación de esta práctica y con el cual se han alcanzado importantes logros, como el hecho de que más de 6 millones de niñas y mujeres recibieran servicios de prevención, protección o cuidados relacionados con la mutilación genital femenina.

En este sentido, indicó que dicha práctica puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, como dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión de enfermedades, ansiedad y depresión, así como problemas durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte.

La secretaria de Salud mencionó que esta práctica se concentra en cerca de 30 países de África y de Oriente Medio y Asia meridional, así como en algunos países asiáticos (India, Indonesia, Iraq y Paquistán) y en algunas pequeñas comunidades de Latinoamérica y expuso que en los últimos 25 años la prevalencia de la mutilación genital femenina ha disminuido en el mundo, de tal manera que actualmente una niña tiene un tercio menos de probabilidades de sufrirla que hace 30 años.

Sin embargo, advirtió que las crisis humanitarias como los brotes de enfermedades, el cambio climático o los conflictos armados podrían hacer peligrar el mantenimiento de estos logros y consecuentemente hacer retroceder los avances hacia la consecución de la igualdad de género y del fin de la mutilación genital femenina para el 2030.

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