Debemos inspirar a nuestros estudiantes a ser responsables y comprometidos con la construcción de una sociedad más justa y solidaria, y este evento es un excelente punto de partida para trabajar a favor de la equidad y la promoción del bien común”: Rector.

Al parecer, existe un conflicto irresuelto entre las ciencias sociales y las humanidades; las primeras consideran a menudo que los conflictos son el motor que hace avanzar a la sociedad, mientras que las segundas creen que la sociedad avanza cuando hay paz; sin embargo, el profesor-investigador de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Colima, Omer Buatu Batubenge considera que estas diferencias deberían analizarse y unirse, con la finalidad de tener una convivencia pacífica.

Durante Lectio Brevis, con la que dan inicio las clases en la Facultad de Derecho de la UdeC, Omer Buatu habló de “El sentido del Derecho desde la Filosofía de la Convivencia”. En su disertación analizó la filosofía de la convivencia a partir de la naturaleza del ser humano y el Derecho “como un área instituyente de la justicia reguladora y brújula de la conducta humana”, esto con el propósito de que ambas sean generadoras de paz y no sólo del orden adecuado.

Aunque para el investigador universitario tanto la Filosofía como el Derecho buscan lograr el bien común, el Derecho está más enfocado al orden, a generar reglas obligatorias que regulen las conductas de las personas, “a las que no sólo les indican lo que deben hacer, sino que prescriben la conducta que debe ser acatada”. El estado de Derecho, y todos los poderes que regulan las actividades de la comunidad mediante leyes, reglas y disposiciones son, sin duda, “un logro para los estados modernos”.

Sin embargo, comentó que los estados altamente organizados por la ley han sido incapaces de incluir a todas las capas de la población con el objetivo de conseguir el bien común, de ahí que “no es de extrañarse que la plenitud que busca el Derecho se aleje cada vez más de los objetivos para lograr el orden social”. Por el contrario, favorece a ciertos grupos de interés, así como el aumento de la discriminación y que la exclusión de grandes capas de población siga creciendo en beneficio de ciertas minorías. Cuando este desafío crece, destacó el investigador, es difícil resolverlo, por lo que la única solución es crear más leyes y sanciones.

Es aquí, señaló, donde parte la visión de la filosofía de la convivencia, “que se torna hacia una sociedad de consensos y no hegemónica, con la finalidad de alcanzar la paz o la armonía entre los que viven juntos”. Esto implica, explicó Buatu Batubenge, que aunque las personas sean conflictivas, pueda encontrarse la paz”.

Por ejemplo, dijo que las comunidades indígenas tienen la concepción de que el bien es para todos, “para esas comunidades el contacto entre las personas puede ser conflictivo, pero es el medio por el cual podemos llegar a conocernos, a realzar la dimensión social del ser humano. Para esas comunidades, la violación de las leyes no implica necesariamente una sanción punitiva, sino que es un reto para la búsqueda del equilibrio social. Consiste en la inclusión y recuperación de la persona que infringió la norma”.

Para este profesor-investigador, la violencia que inunda la sociedad actual “refrenda la naturaleza conflictiva del ser humano”, pero esto no quiere decir que las normas, las leyes, reduzcan estos problemas o logren el bien común; “la afirmación de Aristóteles al decir que ‘el ser humano es un animal político nacido para convivir’, consagra tanto el aspecto jurídico que visualiza los conflictos en las relaciones humanas, como el aspecto filosófico que concibe a la paz como el objetivo de la convivencia humana”.

En este sentido, dijo que una de las maneras de normar es institucionalizar a la población; sin embargo, “la crítica que puedo hacer a la institucionalización es que inhibe la creatividad, porque cuando una persona actúa en función de reglas ya instituidas, implica que cuando llega una situación en la cual la respuesta que hay prevista ya no funciona, la persona no será capaz de crear otra solución que no exista”.

La institucionalización, completó, “es como un banco de respuestas que limita a las personas a resolver sus problemas; sin embargo, podemos afirmar que incluso en nuestros comportamientos sociales está incluida la institucionalización”.

En entrevista posterior, agregó que la institucionalización no es sólo la creación de hábitos, sino más bien del sentido que le damos a esos hábitos; “cuando veo la sinergia que hay entre las personas que están trabajando juntos, es que esas personas están compartiendo sentido, están compartiendo sentimientos y este compartir de sentimientos nace del contacto y es ahí donde está funcionando la institucionalización”.

La institucionalización realmente consiste, comentó, “en aniquilar prejuicios, en permitir el conocimiento y encaminarnos hacia la búsqueda de la paz”, por lo que entonces comentó: “hay que fomentar actividades que encaminen hacia la paz; si todos actuamos y caminamos hacia la paz, los conflictos, la violencia desaparece por sí sola”.

“Aquí es donde decimos -resaltó- que sí es importante el Derecho; es importante que haya sanciones. Sin embargo, no podemos aplicar la Ley sólo porque nos van a castigar, sino porque necesitamos tener la conciencia de la búsqueda de la paz en nuestros comportamientos. Es ahí donde finalmente vamos a estas estrategias que privilegian la paz, pero tampoco descuidar que la obediencia a las normas es importante para que esa paz sea efectiva entre nosotros”.

La lectura de los datos curriculares del Dr. Omer Beatu estuvo a cargo del Dr. Mario de la Madri Andrade. Por su parte, la Dra. Jessica Cristina Romero Michel, directora de la Facultad de Derecho, dijo que el objetivo de la Lectio Brevis “es contribuir a la generación de conocimiento e incidir además en temas actuales”. Resaltó cómo con esta conferencia se estaba cumpliendo con la interdisciplinariedad, al unir el Derecho y la Filosofía.

En este sentido, el rector de la UdeC, Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño celebró la enseñanza “desde las nuevas perspectivas de trabajo que permiten vincular la actividad académica con nuestra realidad”. Destacó la Maestría en Bioética que se imparte de manera conjunta entre las facultades de Derecho, Filosofía y Medicina.

“Los tiempos actuales -añadió el rector- presentan problemas de grandes dimensiones que requieren un abordaje desde diferentes disciplinas, así como la vinculación de diversas áreas del saber para entenderlos y proponer soluciones viables”.

Por ello, dijo, se valora el llamado que hacen los cuadros académicos de esta facultad “para contextualizar los contenidos con las preocupaciones y temas vigentes, como son el derecho y la convivencia pacífica, que tienen un impacto real en la vida social”.

Como educadores, finalizó, “debemos llamar e inspirar a nuestros estudiantes a ser responsables y comprometidos con la construcción de una sociedad más justa y solidaria, y este evento es un excelente punto de partida para trabajar a favor de la equidad y la promoción del bien común”.

En la Lectio Brevis, que también se transmitió por internet, acompañaron al rector en el presídium Joel Nino Jr., secretario general; Martha Alicia Magaña, coordinadora general de Docencia y Camilo Alejandro Morales, presidente de la FEC.

Por Noticias