*Iván Delgado, investigador de la UdeC, estudió casos de pacientes hospitalizados por

COVID en 2021 y 2022.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Colima (UdeC), el
Hospital General de Zona No 1 del IMSS y el Instituto Estatal de Cancerología de Colima,
puso a prueba la efectividad las vacunas de Pfizer y AstraZeneca, para evitar la muerte de
pacientes graves con COVID-19 hospitalizados entre 2021-2022, época con mayor
mortalidad durante la pandemia.
Cuando la vacuna no evita que un paciente padezca un COVID-19 grave, ¿es
importante el tipo de vacuna que recibió?, se cuestionó Iván Delgado Enciso, titular de la
investigación financiada por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología
(CONAHCYT), bajó la convocatoria de Ciencia Básica y/o Ciencia de Frontera 2022.
“Realmente -responde- todas las vacunas cumplen con el requisito de evitar que un
paciente padezca un COVID-19 grave. Las vacunas no buscan prevenir el contagio, sino
que la enfermedad sea leve y que no se requiera hospitalización; es decir, un vacunado tiene
10 veces menos probabilidad de requerir hospitalización en caso de ser infectado”.
A pesar de que actualmente ya no se dan tantos casos de hospitalizado por COVID,
comentó, una pequeñísima proporción de los pacientes que aún se enferman pueden
agravarse y necesitar hospitalización, sobre todo si padecen enfermedades crónicas, como
la diabetes, la hipertensión, obesidad, o son de la tercera edad, de ahí la importancia de los
resultados de esta investigación.
Dichos resultados, dijo, evidenciaron que cualquiera de las vacunas, en esquema
completo (al menos 2 dosis), ayuda a tener mejores defensas para afrontar la enfermedad
durante una hospitalización. Sin embargo, sí existen diferencias entre los pacientes
hospitalizados según el tipo de vacuna que se aplicaron.
“Obviamente -explicó- no estar vacunado es el peor de los escenarios entre los
pacientes hospitalizados y fueron los que tuvieron mayor mortalidad. El grupo de pacientes
vacunados con Pfizer fue el que mostró una mayor supervivencia y les fue mejor, en tanto
que el grupo de pacientes con AstraZeneca se mantuvo en un nivel intermedio, con menos
mortalidad que los no vacunados, pero significativamente con menos supervivencia que los
de Pfizer”.

En los pacientes que presentaron enfermedad grave y tenían el esquema de Pfizer,
“observamos que la mortalidad se redujo de manera muy importante; esto es que, si se puso
la de Pfizer y aun así llega a estar hospitalizado, sus probabilidades de supervivencia
aumentan a más del doble en comparación con los no vacunados, e inclusive en
comparación con los de Aztra Zeneca, sobre todo en pacientes que puedan estar con
enfermedades crónicas y pudieran estar vulnerables”, explicó.
Si bien la vacuna de Pfizer podría ser más eficiente para los pacientes con
enfermedades crónicas, detalló, esto no quiere decir que el resto de las vacunas no sirvan;
“de hecho, cualquiera ayuda, porque evita que la infección evolucione a una enfermedad
grave, pero si por su vulnerabilidad el paciente llega a estar hospitalizado, con la Pfizer
puede tener una mayor probabilidad de supervivencia”.
Es importante, insistió el investigador universitario, que la población conozca que
estar vacunado disminuye el riesgo de muerte, especialmente en pacientes vulnerables. Pero
también es importante que conozcan que, al igual que ocurre con la administración de
cualquier medicamento, existen riesgos. “Esto no es exclusivo de las vacunas. Siempre
habrá riesgos; hasta cruzar una calle implica cierto riesgo, pero uno siempre calcula el
riesgo, además del beneficio, y conociéndolos ambos aspectos, se toma una mejor
decisión”.
“Con las vacunas -continuo- se ha observado que el beneficio es mucho mayor que
el riesgo; sin embargo, cada persona tiene la autodeterminación sobre su propio cuerpo y el
tener información pertinente ayudará a tomar una decisión. Obviamente el médico, el
personal de salud y las autoridades brindaremos la información y sugerencias, pero quien
tomará la decisión final será el propio paciente”.
Definitivamente, comentó Iván Delgado, “siempre hay que buscar que el beneficio
sea mayor; tan es así que lo que permitió que la emergencia por COVID pasara fueron las
vacunas. También la inmunización natural, pero se ha demostrado que las defensas que uno
agarra con una vacuna incluso podrían ser más fuertes que las generadas por la
enfermedad”.
La investigación completa la pueden consultar en https://www.mdpi.com/2076-
393X/12/1/72

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