*“Bajo esta lógica, en lugar de la competencia se plantea la colaboración, lo que supone
que nuestros proyectos universitarios empiecen a ser trascendentales desde la perspectiva

interinstitucional”: Luis Armando González Plascencia, ponente.
La mañana de este martes, en el marco de las Jornadas Académicas que organiza la
Universidad de Colima (UdeC), Luis Armando González Placencia, secretario general
ejecutivo de la ANUIES, impartió de manera virtual la conferencia: “Temas emergentes en
Educación Superior”, en la que analizó los procesos por los que ha transitado la educación
desde el siglo pasado hasta nuestros días.
En su charla, habló cómo la educación dejó de verse como un producto de mercado
para convertirse actualmente en un derecho humano. Este cambio hizo que, en nuestro país,
se aprobara la reforma al artículo tercero en el año 2018, en el que se incluye temas como la
gratuidad y la igualdad.
Al darle la bienvenida, el rector de la UdeC, Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño,
agradeció la participación del secretario ejecutivo de la ANUIES, a quien describió como
“un aliado y un amigo de nuestra Universidad”. Después, dijo que “si bien con la llegada
del nuevo gobierno federal se han delimitado algunas directrices y políticas públicas que
impactan en la educación superior, estas jornadas se vuelven fundamentales para la
reflexión institucional de cara al futuro”.
En este sentido, continuó el recto, “tu charla será muy enriquecedora, pues llega en
un momento oportuno y pertinente no sólo para invitarnos a la reflexión sino también para,
como institución educativa, comenzar a actuar”.
Luis Armando González, sin utilizar diapositivas ni otros recursos audiovisuales,
destacó que “nos encontramos en un momento importante en el que se generan cambios que
son trascendentales por el impacto que seguramente tendrán en un futuro próximo; sin
embargo, estos cambios se han fraguado desde hace tiempo derivado de una reflexión que
se da desde precisamente desde las universidades”.
Educación como derecho humano
Antes de abordar de lleno el tema, el ponente analizó y reflexionó sobre el sistema
educativo que imperaba desde el siglo pasado hasta hace una década, que consideraba a la
educación superior como una mercancía. “Esto es, se involucraba a las universidades en
temas empresariales como la calidad, la evaluación y la acreditación, haciendo ver a la

educación como un bien al alcance de quien podía pagarlo, y trayendo consigo la idea de
que nuestros estudiantes eran la clientela”.
Esta situación, recordó, llevó a una reflexión de fondo respecto a si ese modelo era
el más adecuando. La discusión llegó al seno de la UNESCO y generó después un cambio
de paradigma, en el que se consideró a la educación como un derecho humano. “Significa
que la educación se extrae del mercado y se convierte en un bien no sujeto a condiciones
económicas”.
A partir de este nuevo paradigma, agregó, “deviene todo este planteamiento sobre la
gratuidad de la educación superior, ya que al convertirse en un bien no negociable, se puede
acceder a ella solamente a través de mecanismos y garantías establecidas en condiciones de
equidad, igualdad e independientemente de la situación económica”.
Vista la educación como derecho humano, comentó, “el perfil del egresado de una
carrera se transforma de manera muy interesante, ya que no responde al interés individual
de éxito, sino al interés social que supone el ejercicio de una profesión y el compromiso
que tiene con su entorno, situando a las personas como parte de una comunidad. Esto trae
como consecuencia la necesidad de incorporar elementos que no estaban, otros saberes y
habilidades destinadas a revestir el perfil de egreso para que cumpla con este compromiso
de naturaleza social que exige la idea del derecho”.
En este sentido, dijo, “la desmercantilización de la educación, su reconocimiento
como derecho humano fundamental y el contexto de innovación tecnológica, forman este
marco que nos ha llevado a hacer un planteamiento distinto para la educación superior, la
cual en nuestro país se materializó en la reforma al Artículo Tercero en 2018, cuando se
reconoce a la educación como un derecho humano. Desde el punto de vista filosófico-
pedagógico se apoyó en lo que se conoce como la Nueva Escuela Mexicana, que propone
una visión más humanista de la formación educativa”.
Más que competencia, colaboración
Al hablar sobre algunos elementos presentes en la reforma al Artículo Tercero de la
Constitución Mexicana, Placencia resaltó temas como la gobernanza solidaria, la cual busca
un crecimiento equilibrado entre todas las universidades del país. “Bajo esta lógica, en
lugar de la competencia se plantea la colaboración, lo que supone que nuestros proyectos
universitarios empiecen a ser trascendentales desde la perspectiva interinstitucional”.
Por otro lado, señaló que esta visión ha llevado a las universidades a incorporar
programas y acciones que no estaban habituadas a hacer, como el tema de la inclusión.
“Tenemos que estar abiertos, no de una forma pasiva sino activamente abiertos para tratar
de garantizar que ninguna condición, de ninguna persona, se convierta en un obstáculo para
que ingrese a una institución educativa, además de generar las condiciones para que se
sienta integrada”.
Respecto la igualdad sustantiva asociada con cultura de paz, comentó que se ha
logrado un avance en la “horizontalización” de las relaciones entre hombres y mujeres, en

la posibilidad de denunciar la violencia, “pero lo tenemos que defender y debemos seguir
trabajando para consolidar los logros que tenemos en materia de igualdad”, sentenció.
Al hablar sobre internacionalización solidaria, mencionó que ésta deja de lado la
estadística de prestigio, de enviar a más personas a formarse a otros países, y se convierte
en un proceso de intercambio cultural. “La interculturalidad supone la capacidad de
entender las procedencias culturales de todos; es decir, la combinación virtuosa entre dos
culturas”, expuso. En cuanto a responsabilidad ambiental, “hablamos del ambiente, de lo
que afecta desde la perspectiva ecológica a las comunidades en las que estamos insertos”.
Para concluir, el secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior (ANUIES) señaló que es necesario transversalizar
estos temas “y ponerlos en práctica en la administración de la universidad, en sus políticas,
planes y programas de estudio, en la confección de los perfiles de egreso e ingreso y en la
actividad docente; no es una tarea sencilla. La idea es seguir construyendo y que la
educación superior contribuya al fortalecimiento de la nación”.

Por Noticias